Estreno Salvimar Voodoo

ROBALOS 28 DE FEBRERO 2013. ESTRENANDO FUSIL SALVIMAR VOODOO RAIL 85CM

Aprovechando que ya nos empiezan a dar un respiro los temporales, y sobre todo que las lubinas están aquí, probamos suerte el sábado.

Además aprovecho para probar el nuevo fusil, un Salvimar Voodoo rail de 85cm, a la espera de las otras medidas. En un principio voy con algo de miedo. Material nuevo, al que no estoy acostumbrado, y como siempre pasa en el primer tiro fallaré alguna pieza buena. Pero no queda otra.

La mar está en calma, fría y aguas bastante claras. No todo lo que quisiera para el tipo de pesca que va a tocar practicar, pero bueno. Ese color blanquecino no va a cambiar mucho el resultado.

Empiezo probando en bajos alejados, aunque como imaginaba no se ve mucha vida. Uno tras otro paso sin pena ni gloria. Veo alguna pieza, pero poca cosa. Lubinas pequeñas. En otro si que aparecen dos buenos robalos, pero sin opción a tirarles. Con el agua a once grados y la forma que tengo a primeros de temporada no está el tema para hacer tonterías.

Me cambio hacia poco fondo, pero con el mar tan parado en la espuma no van a estar. Y así es, recorro varias zonas buenas sin ver nada más que mújeles.

Es hora de buscar en los puntos de bolos que suelen enrocar sobre estas fechas. Y en el primero ya aparecen. Una picada y a lo lejos una bola de sargos gordos. Y en el medio entran las lubinas. No son pequeñas, todo robalos, de buen tamaño. Empieza la diversión.

Mato un par de ellas buenas en las primeras picadas. Mucho sargo por el medio, y mucha lubina. Se podrían matar muchas, pero vamos a buscar alguna de las gordas gordas. Siempre queda grabado en la retina esas entradas en las que los robalos están pegados a ti, con tiro franco, y los dejas pasar. A uno, a otro… y finalmente subes sin pegar ni un tiro, con todas esas lubinas dando vueltas.

Cada espera es una entrada de robalos, que poco a poco ya empiezan a desconfiar de ver tan seguido al pescasub por allí. Y en el fondo se escuchan los golpes de la freza, entre los bolos

Finalmente, viendo que no hay ninguna de esas muy grandes, de ocho kilos en adelante, mato una última pieza buena, sobre cinco kilos. El frío hace mella y las apneas son ridículas, aunque suficientes. Pero el mal tiempo y sobre todo el frío hacen muy incómodo seguir. Sobre todo al barquero, al que le debo ya unas cuantas, que aguantó lo que pudo, con el nordestazo que se levantó.

Así finalmente, con unas imágenes muy bonitas, unas tomas de video buenas y unas piezas excelentes en la barca volvemos a puerto. A lo mejor de todo, la ducha calentita para quitar el traje.

Y mañana toca volver, a ver si siguen por ahí.