Descubriendo los ríos de Irlanda

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DESCUBRIENDO LOS RÍOS DE IRLANDA

Tras haber probado los lagos, pescando lucios y truchas, toca ir al río. No se puede dejar pasar la oportunidad, estando aquí, de ir a por la brown trout. Si ya nos sorprendieron los loughs en Descubriendo los lagos de Irlanda, por lo poco que conocíamos de ellos y lo diferentes que son a Galicia, los ríos nos provocaron la misma sensación.

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Hemos visto grandes cauces, salmoneros, muy cuidados. Pero de pago. Los mejores, sobre todo si hay salmón o reo, son concesiones privadas, a hoteles, particulares o asociaciones. Y el precio varía desde 20 o 30 euros a más de 200 por cada día de pesca. Y en algunos, con lista de espera de un año, como no se reserve desde el anterior, no conseguirás un “coto”. Además en muchos de ellos únicamente se permite la pesca con mosca, no el spinning o cebo.

Otros, discurriendo entre lagos, calmados. Con buenas subidas de reos y salmones. Y también pequeños riachuelos, cabeceras muchas veces, desembocando de nuevo en los loughs. Que a su vez formarán ríos más grandes más adelante. Estos puntos son el destino para desovar.

En cuanto a las aguas, también muy diferentes. Unas más ácidas, donde las truchas alcanzan menores tamaños. Y otros cauces de aguas básicas, donde se encuentran las grandes Brown trouts. En los ácidos, normalmente pequeñas, aunque en gran cantidad. Y muchas de ellas migran al mar, volviendo como reos. O a los lagos, en donde engordarán y volverán únicamente para el desove, con las crecidas.

Y el color del agua, otro de los detalles que más nos sorprendió. A escasos km, podemos ver aguas cristalinas, como aparece en algunas de las imágenes, y otras rojas, por momentos muy rojas, como si echásemos un bote de pintura al agua. No es contaminación, si no característica propia. Y ahí hemos pescado buenas truchas también.

Nuestro primer destino fue una cabecera. Un pequeño río que desemboca en Lough Corrib, que vimos en el reportaje sobre la pesca en lago. De aguas limpias, muy bajas por la época del año. Los bordes se ven de cantos rodados y arenas, perfectas para desovar. Y hasta donde llega en las crecidas. En este país, cuando empieza a llover, lo hace con ganas. Como ejemplo, el año pasado hubo 300 días en el año de lluvia, no está mal… Y es en esos momentos cuando toda esa agua se canaliza por estos ríos.

El problema es que con el cauce tan bajo y tan clara, se complicó muchísimo la pesca. Nos veían a gran distancia. Y una complicación a mayores que no nos esperábamos, la gran cantidad de truchas. En las zonas de poco fondo era casi imposible posar la mosca sin tener un salto de un alevín de menos de 10cm. Uno tras otro. Se veían concentrados en estas zonas menos profundas. Y en las mejores, en las que ya nos esperamos una buena, muy poca actividad. Deberíamos haber venido con el agua alta y las grandes piezas remontando desde los lagos, pero… el cupo aquí es de tres piezas al día. Tamaño mínimo 33cm y únicamente una puede pasar de cierta talla (aproximadamente 4kg) Nos da una idea de lo que nos podemos encontrar.

De hecho, estamos pescando con hilos finos, un cinnetic calibra, como terminal. En 0.14. Podría estar entretenida una lucha con una buena pieza. O un salmón, que también suben. Y los cambios de mosca fueron continuos, probando unas y otras al no ver apenas eclosiones en estos momentos. Lo más efectivo sin duda los tricópteros, oscuros, montados en 16.

Seguimos avanzando y probando nuevas cosas. Pusimos alguna ninfa, pero el tamaño siguió siendo el mismo. Los saltos se repetían, con el interés de clavarlas, pero sin ninguna lucha “decente”. Finalmente una bonita, sobre unos 25cm, que para lo que estuvimos teniendo no está nada mal. En la imagen se puede ver la intensidad de los temporales aquí. En invierno los vientos son muy fuertes y queda reflejado en el bosque que hay al fondo. No es talado, si no que ha sido “barrido”, casi como si cayese una bomba.

La pesca aquí se hace realmente espectacular, simplemente por los paisajes en los que nos hayamos inmersos. Estos valles, totalmente verdes, sin contaminación de ningún tipo, rodeados por ovejas… hace que nos olvidemos de todo. Y es que se entiende por qué le llaman la isla esmeralda.

Sin duda tenemos que pillarle la mano a este río, porque puede dar buenas sorpresas. Pero no es el día para ello, así que vamos a cambiar para otro totalmente diferente.

No está lejos, apenas 20km, pero no tiene nada que ver. De un valle verde pasamos a otro que parece tundra. Con muy poco desnivel, se forman lagos y entre ellos discurre un río pequeño, que por veces ensancha y profundiza.

El suelo es musgo, líquenes y vegetación mezclada, muy húmeda. Al caminar te vas hundiendo por veces. Y para pescar aquí, streamer.

Son aguas casi siempre paradas, en donde se refugian piezas de buen tamaño. Un terminal de fluorocarbono, cinnetic skyline, del 0,16, y a ver qué pasa.

Vamos probando, dejando profundizar un poco, y no tardamos en tener picadas. La pesca es relativamente sencilla. La única complicación del viento para lanzar y la vegetación, que aunque no hay árboles, si complica los lances largos al ser muy alta a nuestro alrededor. Además, pescamos desde el borde, a un nivel bastante alto sobre el agua, lo que nos obliga a alargar un poco más.

No son de gran tamaño, entre 20 y 30cm, pero si es entretenido. Y de nuevo en medio de un paraje espectacular.

El día se va enfriando y empiezan a pesar las horas de coche, cambiar de un río a otro… así que pescamos únicamente un par de puestos más, antes de volver para casa.

Y en uno de ellos, un reo. No muy grande pero si una librea realmente bonita.

Y ya para terminar, de vuelta hacia el coche, una postura diferente. Estos ríos pasan de gran fondo a estar casi secos en cuestión de metros, así que probamos aquí, desde dentro del río, clavando una pequeñita. Como ocurrió en el otro, las pequeñas escapan de las zonas profundas donde están las piezas más grandes.

Y damos por concluido el día de hoy. Hemos visto ya un par de ríos diferentes. Uno al que tendremos que volver con las aguas más altas y el otro que hay que explorar mejor. Y lo hemos hecho, a cucharilla y con sorpresas. Pero esto os lo contaremos en unos días en un nuevo reportaje.

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