Pesca Submarina del Congrio

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EL CONGRIO (Conger conger)

 Este pez, de forma alargada, como una gran anguila, ha despertado entre los pescadores tanto admiración, por los grandes tamaños que llega a alcanzar, como respeto por su agresividad en algunas ocasiones. Con una gran boca puede llegar a ser peligroso durante su captura, aunque como veremos a lo largo de este texto, no tendrá mayores problemas si actuamos con un poco de precaución y conocimiento.

Puede alcanzar grandes pesos, superando los 50kg, y siendo relativamente habitual los 15 o 20kg. Aunque lo más normal, son las capturas entre 6 y 15kg.

Su pesca es sencilla, y únicamente debemos localizarlo en su agujero. La posterior captura se limitará al disparo. Aunque aquí se puede complicar. Dependiendo de la cueva en la que lo encontremos, en ocasiones no se podrá apuntar bien (por estar demasiado cerrada y no dejar mover el fusil dentro) O si es muy profunda, tras el disparo el animal se puede ir hacia el fondo y encajarse o mantenerse suficientemente alejado para no alcanzar la varilla y poder tirar de ella. Veremos en detalle las mejores formas de actuar.

LOCALIZACIÓN

El congrio es un animal que salvo contadas excepciones en que lo podremos ver nadando (sobre todo entre el alga) siempre lo buscaremos al agujero. Además, las buenas cuevas de congrio casi siempre lo tendrán. Cuando se captura uno, en poco tiempo otro ocupará el lugar (y de tamaño similar)

Así, debemos buscar las cuevas buenas. Normalmente, estarán orientadas hacia tierra o al abrigo, no directamente a mar abierto (que se hace más incómodo al estar sufriendo los embates continuos) Las cuevas bastante cerradas, que les ofrecen resguardo, suelen ser las mejores.

No debemos pensar que necesiten grandes oquedades, en muchas ocasiones una simple grieta, muy estrecha, será suficiente.

Le gustan los fondos de ría, arena e incluso fangosos. Y la profundidad es muy variable, desde un par de metros (nunca en zona intermareal) hasta más allá de lo pescable en submarina (más de 100m)

Una característica típica es la presencia de marisco. En las cuevas de congrio será raro no encontrar alguna nécora, camarones, centollas o santiaguiños. Incluso bogavantes. Estos se alimentan de restos de comida y sobre todo obtienen la protección frente a su mayor enemigo, el pulpo. Que coincide en ser la presa preferida del congrio.

ÉPOCA

Será indiferente la época del año, está presente siempre. Y puede ser un gran recurso para los días de poca actividad de pesca, el recorrer o buscar los agujeros en los que encontrarlos.

MATERIAL

Por supuesto se hace imprescindible la linterna. La necesitaremos para poder revisar los agujeros a conciencia. Un fusil corto, 75cm o incluso un 60cm, con gomas potentes. Un gancho como los que se utilizan para sacar los meros puede ser recomendable (y de paso para los pulpos) Varilla de 7mm, para reducir lo máximo posible que se doble.

CAPTURA

Lo más importante en la captura de un congrio es el disparo. Si lo hacemos bien y lo dejamos seco, no habrá ninguna complicación. Pero, aunque  el tiro va a ser muy sencillo, normalmente a bocajarro y con tiempo para apuntar, no es fácil dejarlo rematado en el primer disparo.

Nos los podemos encontrar en cuatro posiciones principalmente:

De cola: si lo tenemos de cola, sin posibilidad de apuntar a la cabeza porque no la vemos, lo más recomendable es dejarlo. No disparar. En caso de hacerlo podría complicarse mucho la labor de sacarlo. Varillas dobladas, desgarros y dejar al animal herido… y si lo diésemos sacado, al no ir bien clavado, habría más riesgo de un mordisco o que se lie con nosotros. Cuando lo encontramos en esta situación podemos probar a darle unos pinchacitos con la punta de la varilla en la cola, para molestarlo un poco. Es muy posible que cuando volvamos a bajar esté de frente ya.

De frente, con un tiro recto. Cuando está totalmente de frente. Podemos buscar un tiro un poco de arriba abajo, buscando el cerebro y dejarlo seco. Otra opción es “dejarlo ensartado”, que la varilla entre totalmente, quedando el animal sin posibilidad de doblarse. El tiro de frente se debe hacer un poco por encima de los ojos, como trazando un triángulo.

De lado, perpendicular. El disparo se hará a la altura de los ojos, un par de centímetros por detrás. Si podemos es mejor buscar que vaya un poco en diagonal, no totalmente perpendicular al congrio, para tener más posibilidades de matar instantáneamente al animal.

En diagonal, medio de frente hacia nosotros. Es quizá la mejor situación. Un disparo justo detrás del ojo, en diagonal hacia atrás. También podremos disparar justo en el ojo o incluso un poco por delante, buscando que la trayectoria de la flecha salga un poco por detrás del ojo del otro lado.

Como vemos, siempre buscando que el animal muera al instante, al alcanzarse el cerebro o el principio de la espina en la unión con la cabeza.

Es muy importante que la entrada de la varilla sea en la cabeza y en zona firme. Para que no desgarre y poder fijar al animal controlando en todo momento la cabeza. Al quedar apretado entre nuestra mano y la aletilla, tendremos pleno control de la cabeza y no podrá hacernos nada ni acercar la boca.

Algo a tener en cuenta es que el congrio tiende a “retorcerse”, a girar sobre sí mismo. Si al hacerlo, una vez clavado se enrolla con el hilo y la varilla, puede llegar a partir el hilo. O lo que es peor, si nos engancha una mano entre la varilla y el hilo, puede hacernos daños importantes (cortes o roturas de huesos incluso) Nunca debemos dejar que nos aprisione la mano entre la varilla y el hilo.

Con un buen disparo, todas estas situaciones de riesgo se reducen. No debemos tener miedo a llevar la mano a su cabeza, por la varilla, y hacer firme (por supuesto siempre fuera del alcance de la boca) Una vez bien fijado, lo podremos rematar.

DESENROCARLO

Si el disparo no ha sido perfecto y se trata de una pieza de gran tamaño, la tarea de desenrocarlo puede ser complicada. Podemos optar por la técnica de “ser un bestia” y tirar de él como locos. O podemos hacerlo de otros modos.

En competición se usa, cuando la tarea se complica y lo tenemos a la vista, el rematarlo con otro disparo. Incluso con un fusil ya preparado con una varilla sin aletilla, para únicamente buscar matarlo. Y si se falla se recupera la varilla (al no tener aletilla) y se vuelve a intentar.

Otra técnica es como con los meros, aprovechar la boya para que haga el trabajo por nosotros. Uniremos el fusil a la boya (o si tiene carrete lo subiremos a la superficie) y lo unimos a la boya, hundiendo ésta un poco, para que ejerza una fuerza continua que acabará cansando al animal y sacándolo de la cueva.

REMATAR EL CONGRIO

Es sencillo, con el cuchillo en la parte posterior de la cabeza. Un poco por detrás de los ojos. Es un punto duro y debemos disponer de un buen cuchillo. Al estar haciendo firme agarrado entre varilla y aletilla. Es una buena forma de comprobar a qué altura está ese punto para rematarlo y después buscar el disparo en futuras piezas.

Algo que se puede hacer, para reducir el riesgo de un mordisco, es cortar los tendones laterales de la boca. Aunque si lo sabemos rematar no será necesario y le ahorraremos sufrimiento al animal.

COCINARLO

Hay múltiples platos con el congrio, es un pescado de muy buena calidad. Empanadas, salpicones, hervido simplemente… Pero tiene una característica que a alguna gente la echa para atrás: sus espinas. Mucha cantidad.

Por eso es recomendable no capturar ejemplares pequeños. Lo mejor de ocho o diez quilos en adelante. Y preferiblemente aprovechar la zona que “se abre”, es decir, hasta el vientre. La parte de la cola será mejor para hacer pastel de pescado u otras recetas similares, pues es donde están las espinas más finas.

Algunos consejos a mayores sobre esta pieza es limpiar bien todo después de su pesca. La “babilla” que suelta y se pega a todo el material, una vez seca, es complicada de limpiar. Y sobre todo, huele bastante mal. Debemos cuidar que no roce contra cajas, bolsas, traje… y si lo hace limpiarlo cuando aún está húmedo.

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