TÉCNICA DE ALETEO EN LA PESCA SUBMARINA
Este es un tema complicado y extenso. Entran muchos factores en juego, como es la constitución de cada uno, las características de las aletas, las condiciones en las que se vayan a utilizar. Pero sin duda, es clave para la práctica de la pesca submarina o la apnea. De nada nos valdrá tener un material muy bueno si no sabemos cómo utilizarlo o no es el adecuado para lo que lo necesitamos.
Por eso vamos a intentar entender cómo aletear, corregir algunos fallos típicos que se tienen al principio, o que nos obliga a cometer un material que no es adecuado para nosotros. Así, trataremos los diferentes factores que afectan en el aleteo, desde el material, nuestra constitución física, peso, forma física, tipo de pesca… para al final poder decidir qué aletas nos convienen más. Vamos a empezar por las aletas.
ALETAS
Por supuesto para poder aletear, debemos tener unas aletas. Para pesca submarina y apnea son aletas largas, con calzo cerrado. Ofrecen más sujeción, se aprovecha mejor el aleteo y nos dan más impulso y velocidad (comparado con las aletas cortas, que son para buceo y mover mucho peso, con poca velocidad)
Las tenemos de diferentes materiales: plásticas, carbono, fibras… hoy no vamos a entrar en ese tema (ya estamos preparando un nuevo artículo abordándolo a fondo que saldrá en breve) Únicamente vamos a ver las características que ofrece la aleta, y sus durezas.
Aletas Salvimar One, plásticas, de dureza blanda/media
Calzante: debe sujetarnos bien el pie. Ajustar, sin apretar. Es recomendable usar sujetaaletas incluso. Siempre con el escarpín del grosor que usemos habitualmente. Si nos aprieta corta la circulación y es incómodo (y puede provocar lesiones) Y si va flojo, no aprovecharemos bien el aleteo y se nos puede caer la aleta. Elástico, y que transmita la fuerza a los nervios y pala.
Nervios: Le aportan rigidez a la parte posterior de la pala. En este tramo apenas hay reacción de la pala y únicamente impulsa por el agua desplazada. Unos nervios finos y algo cortos hacen que el esfuerzo recaiga en la pala. Por ejemplo es bueno en palas de carbono, buenas, que ya de por si están estudiadas para ello. Unos nervios duros afectan a la dureza de la pala. Por ello cambiar el calzante afecta a la aleta en general.
Ángulo: el ángulo de la aleta es algo de lo que últimamente se está hablando mucho. Ángulos más pequeños (aletas más planas) otros mucho más grandes… afecta sobre todo a la posición en la que trabaja la aleta. Lo adecuado, será que quede la aleta en prolongación con nuestro cuerpo, haciendo una línea recta. Ahí entra la elasticidad de nuestros tobillos. Si somos capaces de estirarlos mucho, una aleta con un ángulo más plano será mejor, pues si no se nos iría “hacia atrás” saliendo fuera del agua por ejemplo. Si no conseguimos estirar mucho el tobillo, necesitaremos más ángulo… Lo interesante es que en el agua, con las piernas estiradas, empezando a aletear, la aleta sea una continuación de la pierna. Que no se nos vaya hacia adelante ni hacia atrás.
Pala: la parte “plana” tiene unas características propias, de reacción, dureza… Dobla y cuando terminamos el aleteo para empezar en el otro sentido, la propia pala por su reacción sigue “empujando”
Aletas carbono C4 Mustang, con un calzo diferente a lo habitual
Dureza: la dureza nos referimos a la facilidad para doblar. Puede ser blanda, media o dura (resumiendo) Una aleta blanda se doblará fácilmente. Una media necesitaremos algo más de esfuerzo y una dura, más aún. Esto que significa, que una blanda la movemos con poco esfuerzo, sin hacer apenas fuerzas. Y una dura necesitaremos mucha más fuerza. Pero implica más cosas, que veremos con calma más adelante.
En la forma de la pala hay muchas diferencias. Unas más estrechas, otras más anchas. Formas en la punta… Afectará a la cantidad de agua que desplaza cada una (por superficie) No vamos a entrar en ese tema, pues sería muy extenso y dependiendo de factores y gustos personales.
Forma de la punta de las Salvimar Boomblast
Lo más importante en una aleta es elegirla bien según nuestro peso, constitución física, tipo de pesca y dureza.
PESO Y CONSTITUCIÓN FÍSICA DEL PESCADOR
Cada pescasub es diferente, por ello las aletas deben ser adecuadas a cada uno.
Peso: el peso afecta directamente a la dureza de la aleta que necesitamos. Una aleta blanda, intentando mover a un pescador pesado, no será capaz. Es decir, doblará (porque hacemos la fuerza necesaria para ello) desplaza agua (de acuerdo al esfuerzo que hagamos) pero si somos muy pesados es posible que no avancemos apenas. El caso contrario con aleta dura y un pescasub de poco peso. Hacemos fuerza en el aleteo, y aparte de necesitar más esfuerzo que con una adecuada, la aleta empieza a doblar, pero no lo que debería, y ya nos está empujando. No llegaremos a aprovechar lo que la aleta nos puede ofrecer, y a la vez nos estamos cansando más y forzando los tobillos y articulaciones.
Es habitual ver este defecto cuando necesitamos doblar mucho las rodillas (lo veremos en la técnica de aleteo)
Con la aleta adecuada al peso, haremos el esfuerzo justo para doblar las aletas en su punto óptimo y empezar a avanzar, la propia aleta con la reacción que tienen seguirá empujando. Nos encontraremos que avanzamos mucho, con poco esfuerzo. Y podemos mantener las piernas con el ángulo mínimo necesario para aletear (postura más hidrodinámica)
Calzante, cerrado. Cómodo y que transmite toda la fuerza a la pala
La constitución y forma física también influye. Alguien muy entrenado, con más ritmo de aleteo, podrá usar una aleta un poco más dura. Con ello se consigue algo más de empuje, sobre todo en situaciones como arrancadas fuertes del fondo, pesca a la espuma…
El tipo de aleteo es importante. Hay gente que prefiere un aleteo lento más amplio. Otros prefieren aleteos más cortos y rápidos…
Son factores a tener en cuenta en la elección de la aleta.
TIPO DE PESCA
Otro de los puntos clave para la elección de la dureza y las aletas. Primero, haremos la elección por el peso y constitución. Ahora según el tipo de pesca, afinamos más.
Para una pesca en superficie, con mucho desplazamiento nadando, corrientes a veces, acechos por el fondo, lentos… es mejor una aleta algo más blanda. Sobre todo cuando nadamos mucho en superficie, durante periodos de tiempo prolongados. Una aleta más blanda (dentro de la dureza que nos corresponde) nos cansará menos, no cargará los tobillos. Perderemos un poco de reacción y fuerza para momentos puntuales (por ejemplo salir de una espuma) pero ganamos comodidad y resistencia. Exactamente lo mismo para gente que esté poco entrenada o empezando. Mejor tirando a blandas.
En pesca a fondo se suele tirar por aletas blandas a medias. Aleteo sin esfuerzo, para tener un ritmo y consumir lo mínimo en oxígeno, sin agotarnos.
Para la pesca a la espuma, específicamente. Es mejor una aleta más dura. Nos permite en un momento dado pegar un acelerón, un sobreesfuerzo, y poder luchar contra esa ola que entra. Una aleta más blanda nos penalizaría.
Como estamos viendo, no hay una aleta que sea la mejor. Es algo muy subjetivo, dependiendo de cada persona, cada tipo de pesca…
Como resumen, podemos recomendar que en una pesca desde tierra, con muchas nadadas, mejor tirar hacia algo un poco más blando de lo que por nuestra constitución nos convenga. Desde embarcación, tocando solo los puntos que vamos a pescar, podemos usar una un poco más dura, como para la pesca en rompiente. Y cuando más entrenados estemos, podremos subir un poco más la dureza.
Por supuesto, después hay pescadores que prefieren aletas duras, otros más blandas. Aunque eso lo veremos con la experiencia. En este artículo únicamente pretendemos dar una introducción.
TÉCNICA DE ALETEO
Aquí llegamos a una parte muy importante. Porque de nada vale tener las aletas buenas, adecuadas a nosotros, si después no las sabemos utilizar. Aletear nos es dar piernas arriba ya abajo. Hay más. Y la diferencia será avanzar mucho y sin esfuerzo, a hacerlo poco, con esfuerzo y pensando que el material que estamos usando es malo.
Vamos a empezar viendo lo que es el aleteo. El aleteo son tres fases:
Una primera, en la que empujamos hacia abajo. Los músculos que intervienen son los cuádriceps y los que tenemos por el frente de la tibia. En el tobillo deberemos estirar lo máximo posible el pié. Empujando. Es la fase más conocida del aleteo, la que casi todo el mundo hace. Aquí estamos desplazando agua, con el simple movimiento, eso es lo que nos impulsa
Después, cuando llegamos al final del movimiento, la aleta doblada, y ella misma vuelve a su posición original, y sigue empujando hasta ese punto (la posición central de la imagen) Debemos permitirle hacer ese trabajo, no empezar ya inmediatamente a “tirar” de la aleta.
La siguiente fase, de la que mucha gente se olvida y es tan importante como la anterior, es el movimiento de tirar de la aleta. Utilizamos el gemelo y el bíceps femoral principalmente. Si antes empujamos hacia abajo (si estamos en posición horizontal) ahora lo que hacemos es tirar de la aleta hacia arriba. El movimiento contrario. Si no lo hacemos y simplemente llevamos la pierna a la posición original para volver a empujar, estamos desaprovechando mitad del aleteo, mitad del avance.
Además de que acompasando estas fases, con cada pierna, mientras una empuja en un sentido la otra lo hace en el contrario, equilibrándonos. Se avanza muchísimo más y se reduce el esfuerzo al mantener una velocidad constante y no ir “a golpes”
Aleteo “pedaleando”, debemos evitarlo siempre
Otro defecto muy habitual en el aleteo, sobre todo subiendo, es el “pedalear”. El aleteo debe ser con las piernas casi estiradas de todo. Con un mínimo ángulo en la rodilla, el imprescindible para no provocar tensiones excesivas en este punto. Pero nunca doblando mucho la rodilla. Esto produce una posición mucho menos hidrodinámica, menos empuje. La aleta trabaja mal…
El aleteo debe ser con las piernas estiradas, formando un ángulo pequeño en las rodillas, acompasadas las dos fases, con una pierna empujamos y con la otra estaremos tirando de la aleta
Muchas veces esto es producido por llevar una aleta demasiado dura, que nos obliga a doblar la rodilla porque si no, no damos aleteado bien. Otras veces es simplemente defecto del pescador, por hacerse en un principio más sencillo este aleteo. Es algo que debemos evitar, siempre.
Será un movimiento con las piernas casi estiradas, rítmico, no a golpes. Con esto se conseguirá más velocidad, mantenerla y no ir a tirones. Menos cansancio y aprovecharemos al 100% las propiedades de la aleta. A modo de tijera. Nunca como si pedaleáramos, doblando las rodillas, “apoyándonos” en las aletas…
Otra cuestión importante es llevar una posición horizontal (o vertical), ir totalmente alineados al desplazamiento que hagamos. No inclinados. Se puede ver en la figura.
La posición debe ser horizontal en el agua (o totalmente vertical cuando bajamos/subimos) Ofreceremos menos resistencia al avance. Lo que conlleva más velocidad y menos esfuerzo.
Con ello seremos más hidrodinámicos. La superficie que ofrezca resistencia al avance debe ser mínima. Aunque parezca un detalle sin mucha importancia, es clave. Lo mismo bajando o ascendiendo. Siempre en vertical con el fondo.
La cabeza recta, no mirando para arriba o hacia abajo. El cuello estirado, en prolongación de la columna.
Como vemos, son unas recomendaciones sencillas, que nos harán mejorar mucho en nuestro desplazamiento en el agua.
En cuanto a la elección de las aletas, vemos que no es tan sencilla. No es preguntarnos, ¿Cuáles son las mejores aletas? La pregunta es cuáles nos van bien a nosotros. En aletas plásticas buscaremos la dureza adecuada, no solo de la pala, si no el conjunto pala/calzante.
Lo mismo en carbono de las marcas, donde además normalmente tenemos para elegir diferentes durezas, entre ellas decidimos la que nos convenga. En cuanto a artesanos, muchos nos ofrecen la posibilidad de hacerlas a medida. Por ejemplo CKV FFSUB nos da una pequeña lista de preguntas y datos, sobre nuestro peso, altura, tipo de pesca… según la cual nos hacen las aletas personalizadas.