Y de repente…lucios!
Aprovechando un rato libre, a última hora de la tarde, fuimos a probar suerte. Un compañero de trabajo de Gema, ella y yo, en busca de las grandes truchas.
El día, totalmente soleado, había ido empeorando poco a poco, con mucho viento. Y justo en la zona que habíamos elegido nos daba de lleno. Pero ya estábamos allí, así que… decidimos probar.
Empezamos a montar los equipos. Mi compañero un equipo más pesado, caña de acción potente, carrete 4000… y nosotros con nuestros equipos ligeros. Yo una Mitchell maglite, de 2.10m y acción 2-5, perfecta para pequeñas cucharillas y minnows. Gema una 2-10m de Abu, para cucharillas más pesadas y buldó.
No me fijé mucho en lo que había montado mi compañero, aunque de camino al agua me pareció extremadamente grande. Yo decidí empezar con una cucharilla algo más pesada de lo habitual, para poder lanzar contra viento. Y Gema lo mismo. Una ranger del 3, mítica elección de cuando pescaba en Cecebre.
Empezamos a pescar y nada. Complicado por el viento, arreciando cada vez más. Así que decidí ir a una pequeña cala en la que abrigaba.
Después de unos lances escucho un grito a lo lejos. Habían clavado algo, y grande! Después de una lucha, lo acerca a sus pies, y yo contemplando todo desde lejos. Por la forma de luchar no me parecía una trucha. Era… raro. Y ya escuché. A pike! Un lucio. Un buen lucio.
Me dio tiempo de ir hasta allí, desandando el camino, por cierto, muy incómodo en estos lagos. Y me preguntó si tenía algo para desanzuelarlo. Vaya fallo, pensando en truchas, no pensé necesitar nada así. Aunque entre los dos, con mucho cuidado y aprovechando que no había tragado mucho, pudimos soltarlo. Le calculamos unos 3.5kg o un poco más incluso. No era demasiado largo, pero sí muy ancho.
Entonces vi lo que llevaba montado, una cucharilla, plateada, muy grande, con pelos rojos y una pequeña cabeza plomada para facilitar el lance contra viento. ¡ya estaba pensando en los lucios!
Lo soltamos y seguimos pescando. Volví a la zona de abrigo y cambié de señuelo. Probar algo que me valiese para trucha y lucio de paso. Me decidí por un minnow que suelo utilizar para zonas con algo más de agua, buscando incitar a las piezas con una acción rápida. Un Koolie minnow que tengo para trucha en lagos, embalses y reo sobre todo.
En un pequeño respiro que dio el viento salí del abrigo hacia la punta. Se veían unas pequeñas rocas sobresaliendo, y de días previos sabía que había algas altas por la zona, con un pequeño canal. Justo ahí, en ese canal al borde de la vegetación lancé y empecé a recoger. A medio camino enganché en algo. Un parón seco, que con el primer tirón se desplazó un poco. Un peso muerto. Pero de repente empezó la lucha. Unos buenos tirones y arranca hacia las rocas que velan. Aquí son afiladas, cortan mucho. El equipo que llevaba es perfecto para disfrutar de la lucha, pero no para forzar por las malas a un lucio de 3 o 4kg, que por encima llevaba montado un hilo del 0.10 con terminal de fluoro del 20… Aun así se comporta más que bien y consigo alejarlo. Lo voy acercando y sigue intentando escapar. Justo llegando a mis pies me saca más hilo del carrete. Pero en la siguiente ya lo acerco bien. Veo que enganchó mal, por el morro, no tragó como el otro. Lo suelto fácil y lo devuelvo.
El día ya estaba. Una buena pieza y saber que la zona es buena de lucios. El próximo día habrá que ir más preparado, a ver si se puede hacer una buena pesca y de paso unas tomas bonitas. Ya os iré contando qué tal.