Primeras lubinas de la temporada

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PRIMERAS PESCAS DE LUBINA DEL AÑO

Empezando con la buena época de la lubina, o por lo menos de las que más me gusta pescar, probé suerte este fin de semana pasado.

De camino al puerto, todo el mundo disfrazado por la calle. Esto me hizo replantearme si no estaría haciendo el tonto y sería mejor celebrar el entroido.

Con mi padre acompañando subimos al barco y de cabeza a la rompiente.

El mar estaba duro, muy duro. Por momentos incluso peligroso. Pero la semirrígida nos da un plus de seguridad para poder entrar en las zonas complicadas.

Coincidiendo con la pleamar, a media tarde, probamos suerte. Nada, no la tenemos. Punto tras punto vamos buscando las lobas sin resultados. Con la marea empezando a bajar tenemos la primera clavada. Seca, dura, y al momento empieza la lucha. Conozco bien el sitio, rodeado de bajos y un canal, sé que si no la saco rápido de allí puede cortar el hilo contra ellos.

Fuerzo lo que puedo pero me saca hilo del carrete. Lo aprieto y me la juego tirando más. Está metida de lleno en el canal. Empiezo a notar golpecitos en la línea, sin duda está rozando por las rocas y mejillones. Y de golpe afloja. ¡Cortó el hilo! Ya sin tensión termino de recoger y se puede ver el fluorocarbono rozado y el punto donde cortó. Empezamos mal. Le calculamos unos 4kg. Aunque nos queda el consuelo de que podemos encontrarla otro día.

Seguimos insistiendo en esa zona, y una nueva picada. Esta vez pequeña. La voy acercando a la borda y para arriba. Una lubina kilera.

Según avanza la tarde ni una más. Y ya poniéndose el Sol, repetimos en los lugares de antes. Otra picada, muy dura, aprovechando el golpe de mar hace mucha fuerza, pero cuando pasa ya vemos que no es grande. Poca lucha y para el barco.

Otro lance más y otra picada, esta vez más pequeña aún. Cuando la izamos a bordo llega sangrando, no sabemos cómo pero rompió algo por las agallas. Iba a ir de vuelta, pero así moriría en poco tiempo.

Y ya se nos echa la oscuridad encima. Volvemos navegando y no nos podemos resistir a echar una vez en un punto que siempre nos ha gustado. Primer lance y otra clavada. Otra lubina de kilo aproximadamente. Un nuevo lance, y señuelo en el fondo. No hay manera de que suelte, y aprovechando que lo perdemos, media vuelta y para casa.

Ya en puerto las miramos. No son grandes piezas, pero son las primeras de la temporada. Y deseando volver…