Primera salida de pesca submarina del 2015
Aunque no es el primer día que me echo al agua, ni mucho menos, sí es el primero en el que se empieza a ver algo de vida. Esto es en Irlanda, unas aguas realmente curiosas. Mientras en verano se superan los 20 grados de temperatura, en invierno bajan hasta los 6 o 7, e incluso menos.
En verano la vida desborda: abadejos, pintos y maragotas, peces planos… sin hablar de los blooms o de las entradas de medusas. Sin embargo en invierno la vida desaparece. Son auténticos desiertos en los que únicamente podremos coger algo de marisco (permitido aquí) e incluso éste parece aletargado en las grietas.
Es por ello que ya fui unas cuantas veces a “pescar” pero como dije, un auténtico desierto. Aunque ahora la primavera está llegando, los días se han alargado mucho y empieza a calentar. Por lo que, por fin, empieza a entrar el pescado. De momento poca cosa, solo piezas pequeñas y en sitios muy concretos, pero ya da señales de que se acerca lo bueno.
Así que en próximas salidas espero poder traer mejores relatos, fotos y vídeos. De momento, éste.
La zona que elegí fue una de las que el año pasado me dio más alegrías, en Connemara. Un fondo sencillo de pescar, entre 0 y 15-16m, rocas y canales, con mucha alga, que incluso ahora ya hay. Bajos con caídas verticales y arena, mucha arena.
Normalmente es buena de abadejos y pintos, con algún pez plano. Se forman unas corrientes bastante fuertes, que obligan a pescar sin ningún descanso, aleteando seguido, según nos adentramos un poco. Y gracias a ello, como les gusta a los abadejos, al abrigo de esas corrientes, tras bajos o cortadas, allí están, descansando en marea baja.
El agua está bastante verde, con zonas complicadas de visibilidad. Se puede ver en el vídeo. Bien para pescar, pero empieza a complicar la labor de la cámara para grabar
Voy buscando en sucesivas picadas puntos calientes, con vida. Es habitual que se muevan en grupos, siendo un auténtico desierto salvo puntos concretos. Tras una media hora o 40 minutos viendo únicamente algas y alguna maragota suelta, empiezan a aparecer. Pequeñas “sarretas”, alevines de abadejo (Pollachius pollachius)
En este momento me pongo a hacer algunas esperas. No es necesario alargarlas, simplemente ver de dónde vienen, si vienen, y así acotar en la medida de lo posible y centrarme ahí. Poco a poco lo voy viendo.
Tras unas cuantas esperas, nada, solo pequeños y alguno mediano, pero que no merece mucho la pena el tiro. Voy a seguir esperando a ver si sale alguno más grande. Y si no, pues tengo disculpa para volver mañana.
Empiezo a desesperar, nada. Así que no vamos a irnos de vacío. La zona es buena de centolla, aunque también es un poco pronto para ellas. Aun así veo una buena. Un macho que se viene para la red. Ya está media cena lista.
Hay hembras, pero pequeñas. Entre tanto, con el cambio de marea, el agua clarea bastante. Y las algas, que no están demasiado densas por el momento, me dejan ir viendo a través. Y ahí veo un abadejo ya decente. Descansando en el medio. El tiro es vertical, de arriba abajo, sencillo. Queda prácticamente seco. Al final pesará 1,8kg ¡El primero de la temporada!
Veo que los compañeros con los que fui empiezan a salir. El frío hace efecto, pues estamos a 10-11 grados.
En el camino de vuelta, otro buen macho. La cena completa. Ya apetecía una centollita de primero y filete de abadejo de segundo.
Aunque lo mejor de todo es que la temporada ha empezado. Ahora, en las próximas semanas, llegarán los afloramientos, corrientes cargadas de vida. Las medusas y tenóforos convirtiendo esto en una auténtica sopa. Y después los meses de verano, con aguas claras y calientes, repletas de vida.
¡Empezó la temporada!
Os dejo un pequeño vídeo de la salida. Es bastante malo, pero así se puede ver también la cámara XTC 270, que he estrenado hoy.