Pesca entre el alga

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Pesca entre el alga

LAMINARIA

Los pescadores del norte conocemos bien esto. Bosques espesos de laminaria, que forman un manto sobre el fondo. En ocasiones impenetrable. El cambio de invierno a verano es total. De una extensión totalmente libre de vegetación a una capa que nos impide ver más allá de sus hojas.

Puede parecer un impedimento. No dar localizado esos agujeros que teníamos marcados. Muchas zonas en las que no se puede apenas pescar por estar tapadas… Pero vamos a ver que es todo lo contrario. La laminaria nos abre muchas opciones nuevas y posibilidades.

Para quien no sepa cómo es este tipo de pesca, o sacarle provecho, vamos a intentar explicar algunos trucos y la técnica para sacarle rendimiento. Es, posiblemente, la pesca más efectiva en estos meses de verano, y al alcance de cualquier pescador, independientemente de su nivel.

La laminaria empieza a crecer entre primeros de abril y mayo. En principio vemos unas pequeñas hojas, a ras de fondo. Pero el desarrollo es rapidísimo. En un par de semanas se hacen grandes y lo cubren todo. A partir de aquí cambia totalmente el comportamiento de los peces.

Un ejemplo son los pintos, que en el momento que empieza a salir el alga, cuando es corta aún, se mueven confiados. En cuanto crece, aprovechan para ocultarse en el interior y su pesca se complica mucho más.

También el sargo y la lubina, sin duda las especies más buscadas. Les encanta el alga, les ofrece una protección que no tienen en otros momentos, y se hacen mucho más confiados en estas condiciones.

Generalmente, la pesca en el alga la practicaremos en marea bajando, baja y empezando a subir. Con la pleamar y las dos o tres horas previas, el pescado estará comiendo. Y es después, para hacer la digestión y descansar, cuando se oculta entre el alga.

La técnica es sencilla, debemos meternos por el medio de ella, por los canales que se forman, caídas de bajos… y desplazándonos muy lentamente, buscar las piezas. El problema está en que se ve poco en estas condiciones. La luz se reduce mucho, el pescado se camufla perfectamente entre los tallos y hojas… Para ello, debemos ir atentos y con mucha calma. La técnica es imprescindible, si no, escaparán antes de haberlos visto y mucho menos tener alguna oportunidad para disparar.

Siempre debemos buscar canales, o las caídas de alguna elevación, pues ahí los tallos serán menos densos y nos dejarán deslizarnos por el medio. Se forma un espacio por el que poder movernos. Muy importante no hacer ruido, no mover los tallos. La técnica es un acecho, perfecto, sin mostrarnos. Los peces, confiados por sentirse ocultos, aguantarán si no sienten nada brusco.

Normalmente, encontraremos las piezas en las zonas de sombra de las algas, por ejemplo a la caída de un bajo. Por eso será importante picar más lejos, y llegar ahí por el fondo y bien ocultos.

Otro punto típico son los canales. Una zona de arenilla, rodeada de piedras y alguna elevación. Por supuesto, el alga estará fijada en estos puntos con roca. Nosotros podremos recorrer por el fondo la zona más limpia y los peces estarán en el borde con las algas.

También las grietas que se forman en las rocas. Esas que en invierno normalmente están limpias, sin vida. En verano, recubiertas de alga, son un refugio excelente para sargos o robalos. Debemos llegar a ellas bien escondidos, despacio, y los tendremos de forma sencilla a tiro.

Como vemos, no es complicado, en la teoría. La práctica lo es bastante más, pues hace falta técnica y práctica. Acostumbrar la vista a esta pesca para ver los peces. Si no, únicamente escucharemos coletazos cuando escapan.

Cuando está saliendo el alga, con el tallo fino y poca altura, es complicado. Los mejores momentos son cuando ya está grande y cuando empieza a romper a finales de verano.

Es muy efectivo recorrer las orillas, a la caída de las espumas. En esas paredes verticales donde empieza el alga, muchas veces tendremos grandes sargos descansando tras haber comido y a la espera de la siguiente marea.

Y por supuesto, las espera. En los bordes de la laminaria, zonas de arena… si intuimos que hay alguna lubina una espera puede ser la mejor técnica.

Aunque explicarlo es un poco complicado, solo con palabras, así que nada mejor que ver algún vídeo de la técnica:

Como vemos, el método es siempre el mismo: hacer una picada, buscando un punto para poder desplazarnos por el medio de las algas. Movernos lentamente y atentos a cualquier pieza.

Una dificultad que se presenta a menudo, es la imposibilidad de mover el fusil lateralmente, por culpa de las algas. Jamás debemos apresurarnos, es mejor buscar que el pez se nos ponga a tiro, cruzándose en la trayectoria, o seguir moviéndonos muy lentamente, que intentar girar el fusil moviendo las algas. Si lo hacemos, lo más seguro es que escape sin posibilidad de tiro.

Es mejor incluso que se aleje lentamente, sin asustarlo demasiado. Porque podremos buscarlo en una nueva picada. Si por mover el fusil se espanta, no lo volveremos a ver.

Para practicar bien esta pesca es recomendable que el mar esté en calma. Si se mueve, se complica mucho y los peces no entran tanto a descansar entre el alga.

Como resumen:

Buscar canales para movernos entre ellos.

Cabezos o bajos, con paredes verticales, para recorrerlos. En las zonas de sombra, bajo las algas, estarán los peces. O en las grietas y canales que entran hacia adentro.

Caídas en la orilla, donde descansan sargos y lubinas después de la pleamar.

Zonas de bolos y rocas, que conocemos de antes, cubiertas por el alga. Buenísimos puntos para robalos y sargos enrocados.

Esperas en los límites del alga, sobre todo con arena. Zona de lubinas habitualmente. O cuando vemos movimiento, antes de entrar al alga, intentar capturar alguna en aguas libres.

Debemos tener en cuenta que para esta pesca es literalmente imposible llevar la boya. Debemos fondearla. Lo mejor, marcar con ella cerca de donde vamos a pescar. Nunca dejar caer el plomo en los buenos puntos (lógicamente, el pescado se puede espantar)

Muy importante llevar un lastre perfecto. No podemos ni caer al fondo (haríamos mucho ruido) ni tener flotabilidad positiva (tendríamos que estar agarrándonos). Flotabilidad perfectamente neutra.

Y no hay más secretos. Conocer las zonas un poco y práctica.

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